Hace apenas unos minutos estaba comiendo en el restaurante de menú que está a la vuelta de la esquina de las nuevas oficinas de Sekuenz en Esplugues de Llobregat (Barcelona), mientras leía algunas entradas de mi Google Reader. En ellas tengo cerca de un centenar de amigos virtuales a los cuales sigo sin que quizás la mayoría de ellos lo sepan, pero inconscientemente he creado algún tipo de relación de crecimiento personal y profesional con ellos. Mientras leía con cara de chino la pantalla de mi Iphone me he topado con un maravilloso post de Ferriol Egea titulado «me despido de webanalytics y de vosotros» agradeciendo su paso por Web-analytics y a su gerente Pere Rovira. Justo debajo había otro del diario Cinco Días titulado «el 70% de los empleados desconfía de su empresa y su jefe» que he retweeteado bajo los hashtag de #thisismyspain y #myspain en mi twitter. Os podéis imaginar que cual va con cual, no?
Este domingo pasado en el país venía un artículo titulado «La economía de la felicidad», de lectura más que recomendable. Durante estos últimos años hemos vivido como ricos, hemos basado y medido nuestra felicidad en función de los ceros de nuestra cuenta corriente y del crecimiento sin parangón del PIB de los países, pero esto lo único que ha hecho es llenar las consultas de psicólogos y psiquiatras de gente con depresión, de personas infelices en su vida personal y en el trabajo. Pero al igual que en la educación, donde los padres juegan un papel fundamental en la educación de sus hijos y las escuelas uno secundario, hemos dejado que la felicidad solo viniera a través de nuestras nóminas. Pues no señor, las empresas equivaldrían a la función de la escuela, pero el crecimiento personal depende uno mismo. No podemos pretender ser mejores personas y profesionales a golpe de tarjeta de crédito, con compras compulsivas en portales como Privalia, Goupon, etc. Basta ya de onanismo! Si queremos que el futuro sea mejor empecemos por nosotros mismos y dejemos de ser unas marujas de patio que nos pasamos el día mirando con prismáticos los defectos y errores del vecino de enfrente.
El primer día de trabajo después de las vacaciones salí de casa a eso de las 9:00 horas y andando por la calle me crucé con una persona que estaba sonriendo, pues bien, a ese señor anónimo, raro y paranormal que estaba sonriendo le doy las gracias desde este humilde altavoz, puesto que me alegró el día .
Me gustaría que tú hagas la prueba mañana, sal a la calle y cuenta las personas que te cruzas y están sonriendo, y eso solo es una cuestión de actitud que no se puede comprar con corticoles, tiene interés 0%, carece de Euribor y tampoco nos van a dar un bonus por ello a final de año, pero estos dos simples gestos, el de sonreir y el de agradecer, han hecho que yo le dedique veinte minutos a escribir este post y a sonreir mientras lo escribo, mientras que hay gente que ahora mismo está pagando para poder sonreir como yo lo estoy haciendo ahora. Hagamos como en Bután, donde su crecimiento se mide por el FNB (Felicidad Nacional Bruta) y no por el PIB.
Gracias por tu actitud señor anónimo! Gracias por tu actitud y aptitud Ferriol Egea!
#myspain : «me despido de webanalytics y de vosotros» «La economía de la felicidad»
#thisisspain : » el 70% de los empleados desconfía de su empresa y su jefe«
Un post ENORME y SONRIENTE, Albert! Enhorabuena por tu entrada optimista a la «vuelta al cole»… Intentemos, pues, potenciar y desarrollar este acto reflejo tan instintivo por el bien de nuestra #FNB y del bienestar colectivo, por el bien de #myspain.
El equipo de http://www.baixevents.cat nos apuntamos, feliz y agradecidamente, a la actitud #FNB!
Saludos y en marcha.
Hola Marta,
En primer lugar gracias por tu comentario y bienvenida al club de #myspain . Entre todos seguro que lo lograremos. Le’ts rock!
Muy bien, muy bien, estoy de acuerdo con todo… menos con lo de meterse con el onanismo! que uno nunca sabe cuando tendrá que echarse una mano…
Gilbert,
El onanismo no es malo en su justa medida, es más, es una parte importante para el crecimiento personal.